Cada pie es una obra de ingeniería natural: tiene más de 30 músculos y 26 huesos que trabajan en armonía para darnos equilibrio, fuerza y movimiento. Sin embargo, el calzado tradicional —con suelas rígidas, punteras estrechas y tacos elevados— altera esa estructura, limita la movilidad y afecta la postura de todo el cuerpo.
El calzado barefoot (o respetuoso) propone volver a lo esencial: dejar que el pie haga lo que sabe hacer.
Su suela fina y flexible deja que el pie se doble, se estire y se mueva libremente en cada paso. Esto mejora la coordinación y la estabilidad, porque el pie puede adaptarse al terreno, sentir las texturas y reaccionar naturalmente ante cada superficie.
Cada zapato Freevo tiene una puntera anatómica, que imita la forma real del pie. Los dedos pueden abrirse, moverse y cumplir su función de equilibrio, evitando la presión y deformaciones comunes en calzados tradicionales. En Freevo, el calzado se adapta al pie, y no el pie al calzado.
Nuestra base plana (cero drop) mantiene el talón y los dedos a la misma altura, lo que permite que la columna, las caderas y las rodillas se alineen correctamente. Esto ayuda a conservar una postura natural y estable, reduciendo tensiones y fomentando un movimiento más armónico.
Caminar con barefoot hace que el pie vuelva a trabajar de forma activa, como cuando estamos descalzos. Los músculos se fortalecen, se activa la circulación y se mejora la propiocepción (la capacidad del cuerpo de percibir su posición y movimiento). Es una forma simple y natural de cuidar la salud desde la base.
En Freevo diseñamos cada modelo con estos principios, acompañando el desarrollo natural de los pies desde la infancia… y durante toda la vida.
Además, promovemos la autonomía desde pequeños.
Nuestras zapas tienen cordones elásticos y abrojos, para que puedan calzarse solos, sin ayuda.
Y cada par tiene un detalle especial: el suelín de color celeste para el pie derecho y naranja para el izquierdo, una guía divertida para que aprendan a reconocer sus pies y ganar confianza paso a paso.
Caminar con barefoot no es solo una tendencia:
es reconectar con la naturaleza, con nuestro cuerpo y con nuestra libertad de movimiento.
